Publicado: jueves 27 de febrero por ELSA CORTÉS AZNAR
El 4 de febrero volví a España. Fue algo inesperado. Acabé el primer cuatrimestre del curso y me vi con cuatro semanas muertas en las cuales no sabía muy bien qué hacer. Eso y que con -12 grados de temperatura no te apetece viajar a ningún lado. Entonces decidí volver. Y todo lo que ha pasado este mes ha sido completamente inesperado. Os cuento...
Nunca me imaginé todo esto. Nunca me imaginé que al saber la gente que yo volvía, me iban a llamar para realizar charlas y que yo, obviamente, diría que sí. Este mes he dado dos charlas en Teruel, una en Zaragoza, participado en una mesa redonda en Huesca, salido en periódicos, radios y en la televisión. Y aún me queda por hacer dos charlas y la salida en la contraportada del Diario del AltoAragón.
Y también he hecho un examen de una asignatura que no me convalidaba con el Erasmus. Así que he hecho de todo. Y he dormido y descansado, que es lo que tanto necesitaba después de ese mes de Enero. He recuperado energías aprovechando todos esos ratos en los que podía encerrarme en mi habitación para empezar este segundo cuatrimestre con ganas. Nuevas asignaturas, nuevos compañeros de Erasmus y solo tres meses que, si echo la vista atrás, es como cuando estuve Octubre, Noviembre y Diciembre.
Y es que me estoy dando cuenta todo lo que me está dando este Erasmus. Y una de esas cosas la he descubierto este mes dando las charlas y pudiendo disfrutar un tiempo más largo de España. Te das cuenta de todo lo que tienes, de tu familia, de tus amigos, y de todo lo que puedes llegar a aportar a la gente. Aunque de esto último aún no soy muy consciente. Todo el contenido de mis charlas me parece tan obvio que me cuesta creer que eso sea útil para el resto. Pero entiendo que sí, porque la gente acaba contenta cuando me escucha hablar.
El otro día me pasó algo que no me esperaba. Estaba cogiendo el tren de vuelta a Zaragoza y al preguntarle a una mujer que de qué andén salía el tren, ella me respondió: ¿tú eres la chica que dio la charla el otro día verdad? Y yo, interiormente, me quedé flipando. Y es que no soy consciente de que cuantas más charlas haces, cuanto más sales en los medios de comunicación, más te conoce la gente. Y puede parecer obvio, pero nunca te esperas que alguien por la calle te pueda reconocer sin tú saber quién es.
Así que sí, ha sido un mes que yo resumiría en tan solo una palabra: inesperado. Pero un INESPERADO POSITIVO.