ELSA IN BLUE: Un adiós repentino

Publicado: jueves 26 de marzo por ELSA CORTÉS AZNAR

Para la próxima vez

 

Hoy vuelvo a escribir desde España y lo hago para hablar de este mes de Marzo. Un mes que, para todos, sin excepción, va a consistir en un punto de inflexión. Para mí ya lo ha sido. El 12 de marzo tuve que tomar la decisión de cancelar el Erasmus para volver a España, debido al famoso COVID-19. La verdad es que la idea de poder quedarme encerrada y confinada en Rumanía, bien porque ordenasen confinamiento, o bien porque España cerrase sus fronteras, no me gustaba nada. Así que tuve que hacerlo. Me compré el billete e hice todos los trámites administrativos para volver a mi país. ¿Sabéis qué quiere decir lo que está escrito en la imagen? os lo cuento...

Allí pone "adios, hasta la próxima" en rumano. Bueno, literalmente significa "para la próxima vez". Está rotulado con los colores de la bandera del país del que me despedía ante esta situación global. La verdad es que ha sido un fin de Erasmus inesperado. Tal y como no me esperé tomar la decisión de volver a España a principios de febrero, tampoco me he esperado terminar el ERASMUS, aquí y ahora. Pero bueno, son cosas que pueden suceder y así me lo tomo, como obstáculos que la vida te pone para tomar decisiones. Y por mucho que quisiese continuar allí, creo que tomé la decisión correcta. Ya se ha acabado y yo no puedo creérmelo. Pero así es.

Este fin de Erasmus y este confinamiento los necesitaba. Veo que estaba cansada de tener que compartir habitación y que las pilas se me estaban acabando. Pero aun así, sé que podría haber dado mucho más. Habría acabado el Erasmus en junio como se merece. No obstante, aquí confinada estoy estupendamente bien. Me está sirviendo para volver a la vida de España con calma, sin prisa y con la oportunidad de rebobinar y empezar desde cero. Estoy estudiando para unos exámenes que se tendrán que ver aplazados al mes de julio, trabajando en mi proyecto Immatea que cada vez va siendo más prometedor, haciendo yoga (algo que me ayuda a conectar conmigo misma) y muchas cosas más. Pero vamos, que mi rutina diaria consiste principalmente en esas tres cosas. Y lo estoy llevando muy bien. Tenía ganas de que llegase un momento así, pudiéndome sentir, después de un año de aquí para allá, con la sensación de que voy a estar en mi ciudad de una manera indefinida. Aunque no pueda salir a la calle. Me relaja el hecho de saber que no voy a moverme.

Y por otra parte, me doy cuenta de que el Asperger sigue. Claro que sigue, pero lo hace de una manera diferente. Soy cada vez más consciente de lo que ello implica y cómo repercute en el resto, qué actitudes gustan y cuáles no, qué es lo que yo quiero mostrar y lo que no… Cuál es el punto medio. Y todo esto lo he conseguido gracias a vivir fuera. Eso me ha dado una perspectiva de las cosas diferentes y me doy cuenta de que me enfrento a mi entorno habitual de una manera mucho más constructiva, asertiva y más solidaria. Siento que he aprendido a equilibrar el egoísmo natural con la generosidad interpersonal. Compatibilizar mi interior con mi exterior. Y me doy cuenta de que el Asperger sigue, claro que lo hace, pero con una forma cada vez más enriquecedora. No es mi Asperger de niña, de cuando yo no sabía nada y lo único que hacía era destruirme. Es mi Asperger que hace que pueda sacar lo mejor de mi de manera transparente. Que si me conoces, yo pueda decirte desde el primer momento: esta soy yo, te guste o no. Y es que esa creo que es la realidad. Hay que ser uno mismo, y si le gustamos al resto, pues de maravilla, y si no, no pasa nada. No tiene por qué pasar nada. Mientras tú te gustes a ti misma, todo irá de maravilla. Este es el mayor aprendizaje que me he llevado del Erasmus: ser una misma de verdad.