Publicado: Jueves 24 de Enero por CRISTINA LACAMPA OLMOS (*)

ESTE ARTÍCULO SE PUBLICA EN UN DÍA ESPECIAL, EL 24 DE ENERO DE 2019 SE CELEBRA POR VEZ PRIMERA EL DÍA INTERNACIONAL DE LA EDUCACIÓN. 

Trabajar en un centro preferente para niños y niñas con TEA nos convierte a los maestros en testigos privilegiados de cómo la escuela tiene un papel fundamental compensador de desigualdades, respondiendo a la diversidad de todo el alumnado y respetando y reconociendo diferencias y peculiaridades.

Una tremenda responsabilidad.

Nuestro papel consiste en sostener, en tender una mano, en ofrecer oportunidades, en estar ahí, en hacer más comprensible el mundo que les rodea… En definitiva, en hacer visible lo invisible.

Pero también consiste en no presuponer nada y en estar dispuesto a aprender. Porque de ellos y ellas, de nuestros chicos y chicas del Aula de las Estrellas, aprendemos cada día tejiendo juntos una estrecha red hecha de experiencias comunes, de dudas, de miedos y de incertidumbre pero también de complicidad, de risas, de guiños, de confianza y de mucho cariño.

Por todo ello, los maestros y la escuela, somos y nos sentimos responsables de dar visibilidad y normalizar el TEA, para que pequeños gestos como descubrir el cesto de los tesoros, disfrutar del sonido de los instrumentos, interaccionar con un compañero contagiándose de su risa, arrancarle sonidos a una flauta, desatar cordones propios o ajenos… e incluso usar con cierta destreza un lápiz o un pincel, cuenten para que, cada día nuestros alumnos con TEA acudan felices a sus aulas.

(*) Cristina es tutora en el "Aula de las Estrellas", aula TEA del CEIP ALCORAZ de la ciudad de Huesca.